Hace poco me invitó redpapaz a su evento “ Abramos La Lonchera” para compartir ideas de loncheras saludables. Me pareció genial porque en mi época de colegio, lo que se “usaba” a la hora del recreo era tomar gaseosa y comer paquetes. Las tiendas de los colegios no ofrecían nada más, ni siquiera agua, y nadie cuestionaba ni pensaba que lo que se comía no era lo correcto. Después de esa merienda cargada de azúcar, colorantes y aditivos, no quedaba sino rendirse al impulso de echar globos en las clases que seguían.
Afortunadamente luego llegaba a almorzar a mi casa, en donde nunca hubo gaseosas y sí había comida de verdad, verdad.
Hace unos meses tomé un curso en el mágico Esalen que se llamaba: Mind, Mood and Food, en el que se habló del impacto que tiene lo que comemos en el funcionamiento del cerebro y en nuestro estado de animo. Hoy la ciencia habla del eje intestino – cerebro o brain – gut axis, según el cual hay una conexión bidireccional, cada vez más estudiada, entre lo que tiene lugar en nuestro intestino y lo que pasa en nuestro cerebro. Lo que comemos, la salud de nuestro aparato digestivo y la de nuestra flora bacteriana afectan la memoria, la capacidad de concentración, las emociones, y se habla de que a largo plazo, tienen que ver con la aparición de enfermedades como Alzheimer y Parkinson.
Que patrones en nuestro estilo de vida afectan el funcionamiento del cerebro:
- Comer alimentos que no podemos digerir bien.
- Llevar una dieta alta en carbohidratos y en azúcar. Esta dieta alimenta los microorganismos patógenos en el intestino y además es pro inflamatoria. La inflamación es una de las causas de enfermedades como Alzheimer y Parkinson.
- Consumir productos con ingredientes artificiales como colorantes etc. Estos ingredientes pueden afectar la química del cerebro y están relacionados con la hiperactividad y los problemas de atención.
- No comer suficiente fibra. La fibra alimenta la flora bacteriana beneficiosa indispensable para el buen funcionamiento del intestino y del cerebro.
- Llevar una dieta pobre en frutas y verduras de muchos colores y en grasas saludables
- El estrés crónico que afecta el equilibrio de la flora bacteriana, del sistema inmunológico, la digestión y la asimilación de los nutrientes
- Dormir poco, el sueño es irremplazable.
- La vida sedentaria
Cuales son los nutrientes claves para el buen funcionamiento del cerebro y sus fuentes:
Omega 3:
Aceite de hígado de bacalao, nueces del nogal, semillas de chía, salmón salvaje, semillas de linaza, sardinas, pescado blanco, semillas de hemp, anchoas, yemas de huevo.
Magnesio:
Espinacas, acelgas, chocolate oscuro, semillas de calabaza, almendras, frijoles, aguacate, higos secos, yogur, bananos.
Vitamina B:
Cereales enteros, aguacate, vegetales de hoja verde, pollo, pescado salvaje, huevos, semillas de girasol, levadura nutricional, tofu, cítricos, lentejas y frijoles.
Probióticos:
Yogur, kombucha, kefir, sauerkraut, kimchi, miso, tempeh
Recetas relacionadas con este artículo: