Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí en este blog. El año empezó como una sopa de posibilidades desdibujadas que poco a poco han ido tomado forma. Ya esta disponible la programación de clases para el primer semestre en la página www.olgasofiaperez.com, estaremos haciendo también un taller de yoga y cocina natural. Hay más a fuego lento. Más adelante los pondré al día.
Hace como tres semanas, me invitaron a un festival de frutas en Nuevo Colon Boyacá. Desde entonces tenía pendiente contarles mi experiencia. Por un lado, quedé un poco preocupada por la falta de agua. Los cerros del camino mostraban la huella del verano inclemente por el que estamos pasando y que tiene a todos los campesinos prendiéndole velas a su santo mas venerado. Tal vez deberíamos darles una ayudadita a ver si la acumulación de plegarias hace un milagro.
Nuevo Colon, que esta incrustado en los cerros, tiene la fortuna de conservar el verde en medio de la aridez. Esta alumbrado por un sol incandescente que hace del uso del sombrero un imperativo. Sus habitantes viven de cultivar frutas. Manzanas, peras, duraznos, ciruelas, feijoas, lulos y curubas, en una, dos, tres y hasta cinco o mas variedades por especie, colorean los puestos de venta en la plaza central. La mayoría de estas variedades son desconocidas para los consumidores de las grandes ciudades, como yo.
La gente de Nuevo Colón es gente trabajadora y recia. A pesar de que su tierra fértil esta en la mira para la explotación de carbón, y a pesar de que sus productos se debaten en una feroz y desigual competencia con las frutas importadas, han logrado perseverar en lo que mas los identifica: la agricultura frutícola.
Y aunque este tema tiene mas de un matiz que tal vez no soy capaz de vislumbrar hoy, esta visita me sirvió para recordar una vez más la importancia de apoyar a los que siembran lo que comemos. En un mundo donde hay muchas cosas decididas por lejanos y complejos mecanismos burocráticos, es fácil sentirse impotente. Pero lo bueno de ponerse el delantal es que en materia de comida hay mucho que SI esta en nuestras manos. No hace falta ser ministro o congresista. Con sólo escoger lo que comemos, ya estamos contribuyendo a modificar la demanda y a propiciar cambios positivos en la oferta de alimentos.
Es lo que ocurre cuando se le da prioridad al consumo de productos locales. Hoy se habla del movimiento “locávoro” – palabra no registrada en el Diccionario de la Real Academia-, que se refiere a aquellos que comen sólo alimentos provenientes de no mas de cierta distancia del lugar de consumo: 50, 100, 150 millas. Hay varias versiones. Lo importante es tener en mente que si no apoyamos y consumimos nuestros productos, estamos poniendo en riesgo el trabajo de miles de familias campesinas, nuestra biodiversidad, el futuro de nuestra alimentación y del medio ambiente. Claro que es cierto que este tema de lo “local” puede radicalizarse en extremo , por esto me gusta el termino “Glocal” del historiador italiano, Massimo Montanari, quien dice que en la realidad globalizada de hoy, apoyar lo local, no esta en contra de disfrutar de algunos producto importados.
Después de comerme todos los duraznos y ciruelas que pude, se me ocurrió hacer unos duraznos asados, postre delicioso y fácil. Usé el romero, una hierba que va muy bien con algunas frutas. No le tengan miedo. El resultado es sutil y muy interesante.
DURAZNOS ASADOS CON AROMA DE ROMERO
Aquí verán dos versiones de este postre. Las dos funcionan muy bien, pueden usar la una o la otra dependiendo de la ocasión o de los ingredientes que tengan a la mano.
6 Duraznos partidos en dos
1 taza de agua o vino blanco
½ taza de panela orgánica pulverizada o azúcar orgánica
1 rama grande de romero picada
1 cucharada de mantequilla o ghee
1-2 cucharaditas de miel de abejas
Precalentar el horno a 375˚F.
En una olla mezclar el agua o vino, la panela o azúcar y el romero. Llevar a fuego medio y dejar hervir por un minuto. Revolver para que el azúcar no se quede en el fondo. Apagar, dejar reposar unos 15 minutos y colar.
Poner los duraznos sobre una refractaria en donde quepan en una sola capa. Poner un trocito de la mantequilla sobre cada uno y rociarlos con el jarabe de romero.
Hornearlos por 45 minutos o hasta por una hora, volteándolos de vez en cuando. Verificar que esten tiernos. Sacarlos del horno e incorporar la miel en el jarabe caliente.
Servir con yogur colado o con helado de vainilla.
Que delicia de receta. La ensayaré el viernes que tengo invitados a comer!
Les recomiendo mucho esta receta. Es muy fácil de hacer y es un manjar! El romero y la miel combinan muy bien.
Hola Olga!!Me encanta la manera como escribes y lo que escribes, tus recetas son realmente muy buenas. Anoche hice el postre del los duraznos. Saludos,Maria Elvira.
Acabo de entrar a tu blog y me parece delicioso, quisiera saber que es ghee
Hola!
El ghee es la mantequilla clarificada, ligeramente caramelizada.
Gracias por el comentario!
Primero que todo, me encanta tu blog. Me gustan tus recetas, las fotos que pones y, sobre todo, el espíritu de lo que haces. ¿Sabes si este festival se vuelve a realizar y cuándo?