No sé porque nunca fuí “fan” de los gnocchi. Me parecían unas bolitas de masa mas bien sin gracia y aburridas. Sin embargo, en los últimos meses he venido ensayando varias recetas y descubriendo su sutil encanto.
Esta receta surgió gracias a que estaba buscando una versión de gnocchi sin harina de trigo, para mi próxima clase “SIN GLUTEN”. Pase una mañana tratando de salir con una receta o, por lo menos, con un aproximación, pero los gnocchi se me desintegraban en el agua y el ensayo resulto todo un fiasco. Al mediodía cuando el mal genio acosaba, estaba a punto de tirar la masa a la basura y tenía el almuerzo embolatado, alguien me dijo: por qué no le pone un poco de harina de trigo y así salvamos el almuerzo. Eureka. Solo unas cuantas cucharadas hicieron el milagro. Los gnocchi no se deshicieron y quedaron como almohaditas ligeras , esponjosas y con mucho sabor. Tuvimos almuerzo y surgió la idea de estos gnocchi de espinacas, ricotta y papa con un mínimo de harina de trigo.
Aprovecho para contarles que ya esta lista la programación de clases para el primer semestre del 2011. No habrá gnocchi, pero sí muchas otras recetas deliciosas.
GNOCCHI DE RICOTTA Y ESPINACAS
( 4-6 porciones)
300 gramos de ricotta
300 gramos de papa pastusa (2 papas medianas)
250 gramos de hojas de espinacas lavadas
1 huevo
40 gramos de queso parmesano
½ cucharadita de sal
4 cucharadas de harina de trigo
Precaliente el horno a 350˚F.
Con un tenedor chuze la piel de las papas en varias partes. Hornee las papas por 45-60 minutos o hasta que esten tiernas.
Mientras tanto, cocine las espinacas en agua hirviendo con sal por 1 minuto. Escúrralas, déjelas enfriar y presiónelas con las manos para sacarles toda el agua. Esto es muy importante.
Cuando las papas estén listas, sacarlas del horno y dejarlas reposar unos minutos. Aún tibias, majarlas con un tenedor o con un pasa-puré. Descartar la cáscara.
En un procesador o picatodo mezclar la ricotta, el parmesano, las espinacas, la sal y el huevo, hasta formar una masa homogénea. Pasar la mezcla a una mesa enharinada. Incorporar la papa y la harina de trigo. Amasar por un minuto.
Como quien trabaja con plastilina, formar tiras de unos dos centímetros de diámetro. Cortar en trocitos de unos 2.5 centímetros de largo.
Marcar la superficie de los gnocchi con un tenedor y el reverso con el índice. Esto hace que tengan el relieve necesario para que la salsa, con la que se van a servir, se agarre y tomen sabor. (Ver foto)
Poner a hervir una olla con agua . Una vez hierva, incorporar una cucharadita de sal y bajar a un hervor suave. Cocinar los gnocchi en tandas de 15. Están listos cuando suben a la superficie del agua y flotan. Sacarlos con la ayuda de una espumadera y dejarlos reposar unos minutos – esto ayuda a que no se deshagan – antes de mezclarlos con su salsa favorita para pastas y rociarlos con queso parmesano rallado.
Como siempre deliciosa la receta y «sin gluten»! La ensayaré.
LA ENSAYARÉ.TE CONTARÉ, COMO ME QUEDÓ.
Olga, q es la ricotta y donde la puedo consegir?… mil gracias
Hola!
La ricotta es un queso fresco, se consigue en los supermercados 😉
Es que si no tienes ningún problema de tolerancia alimentaria, alergia, enfermedad…etc que te impida comer harinas y azúcares, no acabo de comprender porque tienes que eliminarlas de tu dieta. Más daño te hace la contaminación que respiras cada día, las ondas del teléfono móvil o el agua del grifo con la que cocinas… Otra cosa es que decidas comer harina integral y azúcar integral, miel, melaza, panela o similares porque evidentemente son más sanos que los refinados pero desde luego que son necesarios. No creo que haga falta que la harina sea de trigo aunque desde luego es muy práctico porque su uso es muy habitual, es fácil de encontrar en supermercados y es muy barata. Hay que comer variado. Yo no prescindiría de ningún alimento salvo por salud o que me desagrade sobremanera.
Gracias por su comentario!
En ningún momento hemos afirmado que es necesario, como regla general, eliminar el trigo.
Hoy, muchas personas sufren de intolerancia al trigo. En parte por que lo consumimos en exceso y por la cálidad del mismo, debido a las practicas con que se cultiva.