Una pasta deliciosa con un nombre y un ingrediente controvertido: sardinas de lata. Yo las adoro pero sé que hay quienes no las quieren. Las sardinas son un verdadero superalimento. Son fuente de omega 3 que protege tu cerebro y corazón, son ricas en proteína completa y en calcio, ya que uno se come los huesos, esto entre muchas otras propiedades. Un estudio de Harvard encontró que comer una o dos porciones de sardinas a la semana provee suficiente omega 3 para reducir la enfermedad cardiovascular. Por otra parte las sardinas, por su tamaño, son bajas en mercurio y su consumo es sostenible. Para esta receta es importante que sean empacadas en aceite de oliva.
Ingredientes para 1 persona:
1 lata de sardinas en aceite de oliva
1 taza de puré de tomate o passata de tomate
1 diente de ajo picado
½ cucharadita de hojuelas de chile
1 cucharada de alcaparras bebe
2-3 cucharadas de aceitunas negras deshuesadas y cortadas grueso
2 cucharadas de perejil liso picado
100 gramos de pasta de tu preferencia, puede ser sin gluten
Pon a calentar el agua para la pasta. Mientras tanto corta las aceitunas, el ajo y el perejil.
Tan pronto hierva el agua, sazona con sal y vierte la pasta. Cocínala unos 2 minutos por debajo del tiempo sugerido en el paquete.
Mientras la pasta se cocina, abre las sardinas y vierte el aceite en una olla pequeña. Lleva a fuego medio e incorpora el ajo. Cocina por 1 minuto e incorpora el puré de tomate, sal al gusto y las hojuelas de chile. Cocina por unos 5 minutos.
Incorpora las sardinas, las aceitunas y las alcaparras. Mezcla muy bien. Las sardinas se desmenuzan con mezclar.
Escurre la pasta y reserva un poco del agua de cocción.
Vierte 2-3 cucharadas del agua de cocción a la salsa e incorpora la pasta. Sigue cocinando un minuto adicional. Incorpora el perejil liso y sirve.