La shakshuka es un plato del Medio Oriente de huevos cocidos a muy baja temperatura en una salsa de tomates con especias. En esta versión incluimos un poco de queso feta. Es una preparación ideal para el desayuno o para un brunch pero que acompañada de una ensalada hace un almuerzo espectacular.
El tomate es rico en licopeno, un antioxidante poderoso que al cocinarse los tomates se puede asimilar aún mejor.
Cantidad: 2 porciones
Duración: 25 minutos
Dificultad: baja
4 huevos
1 1/2 tazas de passata de tomate o pure de tomate
1/2 cebolla cabezona en julianas
1 pimentón rojo pequeño
2 cucharadas de aceite de oliva
1/4 cucharadita de semillas de comino
1/2 cucharadita de semillas de cilantro
Una pizca de pimienta Cayena
40 g de queso feta en desmoronado
Cilantro fresco
Sal al gusto
Ase el pimentón directamente en la llama de la estufa hasta que este totalmente negro. Déjelo enfriar entre una bolsa de papel o en un tazón cubierto con vinipel.
Cuando este frío, retire la piel y las semillas y córtelo en julianas.
Aparte, en una sartén, tueste ligeramente las especias. Luego muélalas en un mortero. Se sorprenderá del aroma espectacular de las especias recién molidas.
Caliente el aceite de oliva en una sartén, incorpore la cebolla y las julianas de pimentón. Deje cocinar a fuego medio por 8 minutos.
Incorpore las especias, una pizca de sal y la passata de tomate, mezcle muy bien y deje cocinar por otros 8 minutos.
Haga huequitos en la salsa y vierte un huevo en cada uno. Espolvoree el queso feta y deje cocinar a fuego bajo hasta que los huevos estén al punto de su gusto. Sirva adornado con cilantro fresco.